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¿Qué Toman las Embarazadas Para la Acidez? Guía 2025

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La acidez estomacal es un síntoma que afecta entre el 17% y el 45% de las embarazadas, y muchas se preguntan qué toman las embarazadas para la acidez sin afectar al bebé. Si estás gestando, probablemente hayas experimentado esa sensación de ardor que sube desde la boca del estómago, especialmente durante el tercer trimestre cuando más del 50% de las gestantes sufren este malestar.

Durante el embarazo, nuestro cuerpo experimenta cambios significativos que contribuyen a esta molestia. La hormona progesterona relaja el esfínter esofágico permitiendo que el ácido retorne hacia la faringe, mientras que el útero en crecimiento ejerce presión sobre el estómago. Afortunadamente, existen opciones seguras. En esta guía completa, analizaremos desde cambios en la dieta hasta medicamentos para la acidez y reflujo en el embarazo que son considerados seguros.

NOTA: este artículo fue diseñado con fines informativos y no reemplaza en ningún caso la opinión de tu médico, matrona o nutricionista. 

porque se genera la acidez en elmbarazo

¿Por qué es común la acidez durante el embarazo?

Según estudios, la incidencia a nivel mundial se estima entre el 17% y el 80%. Aunque muchas mujeres experimentan síntomas leves, para otras se convierte en una molestia constante que requiere atención.

Durante el embarazo, el cuerpo experimenta un desequilibrio hormonal completamente normal pero que influye directamente en nuestro sistema digestivo. La progesterona, una de las principales hormonas del embarazo, ralentiza significativamente el proceso digestivo. Como resultado, los alimentos permanecen más tiempo en el estómago, lo que favorece la aparición de acidez.

Esta misma hormona hace que los músculos que empujan los alimentos por el esófago funcionen más lentamente. Además, el incremento de progesterona y la hormona HCG provoca una absorción más lenta de nutrientes en el torrente sanguíneo, contribuyendo a la indigestión. 

A medida que el embarazo avanza, el útero crece considerablemente y comienza a desplazar y comprimir varios órganos, entre ellos el estómago. Este fenómeno físico hace que el contenido estomacal pueda regresar con mayor facilidad hacia el esófago.

Aunque la presión puede manifestarse en cualquier etapa del embarazo, es particularmente notable en el tercer trimestre. En este período, cuando el tamaño del bebé ya es considerable, la compresión sobre el estómago alcanza su punto máximo. 

El esfínter esofágico inferior es un anillo muscular que separa el estómago del esófago, actuando como una válvula que impide que el contenido ácido del estómago suba hacia la garganta. Sin embargo, durante el embarazo, ocurre una disminución en la presión de este esfínter.

Esta relajación se debe principalmente al aumento de los niveles de progesterona. Cuando el esfínter se relaja, permite que los ácidos estomacales asciendan con mayor facilidad, provocando esa sensación de quemazón característica. Estudios han demostrado que algunas mujeres tienen predisposición genética a tener un esfínter más débil, lo que puede intensificar los síntomas durante el embarazo.

embarazada comiendo

Primeros pasos: cambios en la dieta y estilo de vida

Antes de preguntarte qué puedo tomar para la acidez estando embarazada, debes considerar que los cambios en la alimentación y hábitos diarios son la primera línea de defensa. Estos ajustes simples pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar durante el embarazo.

Los alimentos grasos o fritos aumentan significativamente la posibilidad de sufrir acidez durante el embarazo. Por lo tanto, es fundamental moderar el consumo de comidas muy grasosas por preparaciones más ligeras. Opta por cocciones como plancha, horno, vapor o hervido, evitando apanados y frituras. Además, los platos muy condimentados con pimienta o vinagre también pueden empeorar los síntomas.

Evita comer porciones abundantes que retrasen el vaciamiento gástrico. Es recomendable comer porciones más pequeñas y hacer más comidas al día, separadas entre 2-3 horas cada una. Distribuir la alimentación en 5 o 6 comidas pequeñas a lo largo del día, en lugar de tres grandes, reduce la presión en el estómago.

Al comer, hazlo sentada, con buena postura y masticando lentamente los alimentos para favorecer la digestión. Al masticar no sólo trituramos los alimentos, sino que también promovemos la correcta liberación de jugos gástricos y la producción de enzimas digestivas. 

Esperar entre dos y tres horas después de comer antes de acostarte es esencial para prevenir el reflujo. Este tiempo permite que los alimentos se digieran correctamente. Si te acuestas inmediatamente, la posición horizontal facilita que los ácidos estomacales suban hacia el esófago, empeorando la acidez que muchas embarazadas experimentan. También se recomienda una pequeña caminata después de comer para ayudar al proceso de digestión.

Dormir con la cabeza ligeramente elevada (entre 10-15 centímetros) puede ayudar significativamente a prevenir el reflujo nocturno. Puedes usar varias almohadas o elevar el cabecero de la cama mediante bloques de madera o libros. Esta posición dificulta que los ácidos estomacales asciendan durante el descanso.

Ciertos alimentos empeoran notablemente la acidez. Entre ellos están el café, té, chocolate, menta, bebidas gaseosas, alimentos dulces, cítricos, tomates y comidas picantes. El vinagre y los platos con salsa de tomate también pueden irritar el esófago. 

Plátano, sandía y melón son algunas de las frutas que pueden ayudarte a eliminar la acidez. La recomendación de estas frutas se basa en su bajo contenido ácido, alto contenido de agua y la presencia de fibras y otros compuestos que pueden ayudar a neutralizar el ácido, proteger la mucosa gástrica y facilitar la digestión, haciéndolas también menos propensas a desencadenar el reflujo en comparación con frutas cítricas. La zanahoria cruda también puede ser una gran aliada. 

Cuando los cambios en la dieta no son suficientes para controlar la acidez durante el embarazo, es cuando el médico evaluará recetar algún antiácido o fármaco.

Estos neutralizan el ácido ya presente en el estómago, proporcionando alivio inmediato. Se deben tomar en momentos diferentes a los suplementos de hierro, separándolos una o dos horas para obtener el máximo beneficio de ambos.

La famotidina, aunque su ficha técnica indica que «no se recomienda en el embarazo y solo debe prescribirse cuando sea absolutamente necesario», muchos médicos la sugieren ya que diversos estudios indican que es segura durante la gestación.

Para soluciones a largo plazo, los IBP disminuyen la cantidad de ácido producido en el estómago. Aunque los datos son más limitados, medicamentos como omeprazol, lansoprazol y pantoprazol se consideran seguros durante el embarazo. El omeprazol es el IBP mejor estudiado y se considera el de elección durante la gestación. 

Es fundamental evitar los antiácidos que contienen bicarbonato de sodio, ya que aumentan el riesgo de hipervolemia y alcalosis metabólica materna y fetal. Igualmente, debo evitar los que contienen aspirina, por sus posibles riesgos durante el embarazo.

IMPORTANTE: Es tu médico quien debe indicar cuál es el antiácido o fármaco seguro según tu caso particular. NO TE AUTOMEDIQUES. 

Alternativas terapéuticas

Acupuntura y melatonina (con supervisión médica)

La acupuntura ha mostrado resultados prometedores como tratamiento complementario. Un estudio realizado en Brasil por el equipo del doctor Joao Bosco Guerreiro da Silva, reveló que el 75% de las embarazadas tratadas con acupuntura experimentaron una reducción de al menos la mitad en la intensidad de los síntomas de acidez, frente al 44% del grupo de control.

Además, el 75% de las mujeres tratadas con acupuntura reportaron al menos un 50% de mejora en la alimentación y el 70% notaron similar mejoría en el sueño. Es importante destacar que no se observaron efectos adversos en los bebés nacidos de madres tratadas con acupuntura.

En cuanto a la melatonina, aunque algunos estudios sugieren que no es tóxica para el feto, los expertos recomiendan evitar su uso durante el embarazo por preocupaciones sobre posibles interferencias con los ciclos de sueño. Cualquier consideración sobre su uso debe hacerse exclusivamente bajo estricta supervisión médica, ya que los estudios sobre su seguridad durante el embarazo son limitados.

Conclusión

La acidez estomacal, sin duda, representa una de las molestias más frecuentes durante el embarazo debido a los cambios hormonales y físicos que se experimentan. Afortunadamente, ahora conocemos diversas estrategias para controlarla efectivamente. Los cambios en la alimentación constituyen nuestra primera línea de defensa: comidas pequeñas y frecuentes, evitar alimentos desencadenantes y mantener posiciones adecuadas después de comer pueden resolver muchos casos leves.

Cuando estos ajustes no bastan, los antiácidos con calcio o magnesio ofrecen una solución segura y efectiva para la mayoría de nosotras. Además, medicamentos como la famotidina o el omeprazol están disponibles bajo supervisión médica para casos más persistentes. Estos tratamientos farmacológicos, aunque generalmente seguros, deben utilizarse siguiendo siempre las recomendaciones del médico de cabecera.

Debemos recordar que cada embarazo es único y, por lo tanto, las soluciones que funcionan para unas pueden no ser ideales para otras. La combinación de cambios en el estilo de vida, tratamientos naturales y, si es necesario, medicamentos seguros bajo supervisión médica, generalmente logra controlar la acidez de manera efectiva.

Finalmente, aunque la acidez resulta incómoda, podemos considerarla como una señal más de los extraordinarios cambios que tu cuerpo está experimentando para dar vida. Con las herramientas adecuadas y el apoyo de profesionales de la salud, este síntoma no tiene por qué empañar la experiencia de tu embarazo. Como nutricionista para embarazadas estaré feliz de acompañarte y orientarte en este proceso.

Artículo escrito por María Teresa Ruiz, nutricionista integrativa, especializada en nutrición para el embarazo.












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